Cada vez son más las startups que buscan inversores para encontrar una forma de financiar sus proyectos empresariales. Uno de los factores claves que aseguran que un proyecto triunfe es el impacto social que supone. Dar solución a un inconveniente que sufre gran parte de la población es en la mayoría de los casos garantía de éxito. Y eso lo saben bien los inversores.
La crisis económica y los cambios tecnológicos son, en gran parte, los responsables de que un número creciente de inversores vean como inseparables ética y economía, y así lo reflejan las inversiones que han realizado en los últimos meses. La inversión socialmente responsable, ligada inevitablemente al emprendimiento con valores sociales, junto a una inversión de “impacto social”, gana terreno en nuestro entorno a pasos agigantados. Invertir en proyectos cuyo concepto genera un impacto positivo en la sociedad movió 2 millones de euros en Europa en 2014. En España se calcula que hay 87 millones de euros invertidos en empresas sociales, según el informe Eurosif. Por su parte, sólo en nuestro país existen 30.000 empresas sociales y 61.000 de economía verde.
En Europa está surgiendo lo que se ha llamado la democratización de la inversión de impacto social gracias a plataformas de financiación participativa, que permiten invertir en empresas con impacto social y medioambiental positivo a golpe de unos clics. Este es el caso de Ethex en Inglaterra, 1001pact en Francia o Bolsa Social en España.
En España, además, la Ley de Fomento de la Financiación Empresarial (conocida como la ley del crowdfunding) ha concedido carta de naturaleza legal a estas plataformas y las somete a la supervisión de la CNMV. Por el momento, sólo la Bolsa Social ha obtenido la autorización del organismo supervisor de los mercados.
Con el objetivo de fomentar y ampliar el conocimiento sobre esta tipología de inversión, la Bolsa Social da 5 claves que caracterizan a un inversor de impacto social:
1) Busca algo más que rentabilidad: El inversor de impacto se caracteriza porque quiere que sus decisiones de inversión también tengan un impacto en la sociedad, más allá de la rentabilidad que pueda obtener. El inversor de impacto, por tanto, apuesta por empresas con valores que mejoran la sociedad y cuidan del medioambiente
2) Es exigente y selectivo: Las empresas deben tener un buen modelo de negocio, por lo general ya probado mediante facturación suficiente. Además, deben ser escalables, de modo que pueda aumentar el valor de la inversión y el impacto positivo que producen.
3) Se compromete con la empresa: Es una inversión de capital paciente, no especulativo ni cortoplacista. El inversor de impacto apuesta por la empresa para crecer con ella en el largo plazo, tanto en rentabilidad como en impacto social. Los inversores de impacto empatizan con la iniciativa y la comparten en sus círculos, permitiendo ampliar el crecimiento y la visibilidad de la empresa.
4) Quiere conocer el impacto: El inversor de impacto demanda información sobre el impacto social de la empresa, además de sobre los resultados económicos. De ahí que estas empresas deban medir su impacto social con indicadores precisos y significativos. Estos indicadores pueden ser cualitativos o cuantitativos y, en todo caso, deben ser reportados al inversor periódicamente.
5) Diversifica: Como cualquier inversor responsable, el inversor de impacto social, planifica su inversión apostando por varias empresas. El inversor de impacto es consciente de los riesgos de invertir en empresas jóvenes, y comprende y acepta que los beneficios o las pérdidas dependen de su evolución, por lo que se informa bien sobre la empresa y su equipo y apuesta por varios proyectos en lugar de uno sólo.
Estas claves son esenciales para descubrir qué es un inversor de impacto y así poder acercarse a él y conseguir una buena inyección de dinero que dé aliento a vuestras apuestas empresariales. ¿Qué os parece este perfil de inversor?, ¿encaja con vuestros proyectos? Desde Thegarden.space estamos encantados de conocer vuestras propias experiencias.